La Organización de
las Naciones Unidas (ONU) advirtió que el rápido aumento de la demanda
de energía en las próximas décadas afectará a las reservas de agua al
mismo tiempo que acelerará el crecimiento demográfico.
El informe de este año de la ONU sobre el desarrollo de los recursos
hídricos en el mundo destaca que para 2050 la demanda mundial de agua
aumentará cerca del 55%, principalmente debido a las mayores necesidades
de producción, que serán el 400% superiores a las de hoy en día.
Al mismo tiempo, para esa fecha, la generación de energía térmica
demandará 140% más de agua que hoy en día y el consumo doméstico
aumentará en 130%.
Incluso antes de esa fecha, en los próximos 15 años, el aumento de la
demanda de recursos es significativo. Para 2030, la ONU prevé que el
planeta necesitará 35% más de alimentos, 40% más de agua y 50% más de
energía. “El suministro de agua y energía son interdependientes” y
solicita un “mejor” reflejo del precio de ambos recursos “sin socavar
las necesidades básicas de los pobres y desfavorecidos”, cita el
informe.
En la
actualidad, el principal destinatario del agua del planeta es la
agricultura, que contabiliza el 70% de toda el agua extraída para
consumo. El informe subrayó el impacto negativo de los biocombustibles
para los recursos hídricos, ya que los cultivos para producirlos gastan
más agua.
Consumo. “La
demanda de materias primas agrícolas para biocombustibles constituye la
mayor fuente nueva de demanda de producción agrícola desde hace décadas y
fue un factor determinante para el alza de los precios mundiales de
productos básicos acaecida en los años 2007 y 2008”, indica el
documento.Zafar Adeel, director del Instituto para el Agua, Medio
Ambiente y Salud de la ONU (INWEH), que participó en la redacción del
informe, dijo a EFE que los cultivos para biocombustible están
proliferando porque son “muy lucrativos”, pero a la vez tienen graves
consecuencias a largo plazo.
Según el informe, el 75% de todo el uso industrial del agua está
destinado a la producción de energía, lo que subraya la interdependencia
de agua y energía.Igualmente, el estudio también señala que si el agua
es subvencionada y se vende por debajo de su coste real, los productores
de energía, que son los principales consumidores de agua, no tienen
incentivos para conservarla. Por su lado, los subsidios energéticos
incrementan el uso de agua.
De acuerdo con los cálculos de Naciones Unidas, en 2011, los subsidios
para el consumo de combustibles de origen fósil ascendieron a $us
523.000 millones, 30% más que en 2010, mientras que el apoyo financiero
para energías renovables sólo supuso aproximadamente $us 88.000
millones.
Falta de energía tiene implicaciones sociales
El incremento de la demanda de energía en las próximas décadas tendrá
también “implicaciones sociales y de equidad de género”, indicó el
director del Instituto para el Agua, Medio Ambiente y Salud de la ONU
(INWEH), Zafar Adeel.
Hoy, 768 millones de personas no tienen acceso a una fuente estable de
suministro de agua y 1.300 millones carecen de electricidad, lo que
Michel Jarraud, presidente de ONU Agua, calificó de “inaceptable”.
“A menudo, la misma población que no tiene acceso al agua y a servicios higiénicos también carece de energía” explicó.
De acuerdo con Adeel, la dificultad de acceso al agua y a la energía
para centenares de millones de personas en todo el mundo supone una
carga que recae de forma desproporcionada sobre las mujeres en zonas
rurales empobrecidas del planeta.
“En muchas zonas rurales, la carga de recoger leña para su uso como
combustible o agua es una responsabilidad de las mujeres. Lo que
significa que no tienen tiempo para realizar otras actividades”, dijo
Adeel. “Por eso, si en esas zonas se proporciona agua y energía, se está
liberando una parte significativa de la fuerza de trabajo que puede
dedicarse al desarrollo social o la educación. Se puede acelerar el
desarrollo social y económico cuando se tienen agua y energía”.
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