Cortoplacismo latinoamericano impide sacar más provecho a China

“Ámérica Latina esperará en vano por el turismo chino”. El desconocimiento del país asiático y de sus intereses es un gran problema que tiene la región para sacar provecho de su relación con el gigante asiático, aseguró el experto Romer Cornejo, de paso por Costa Rica.
Latinoamérica está maravillada estableciendo lazos con China sin una estrategia a largo plazo, dispuesta a seguir vendiendo materias primas cuyo beneficio es solo de corto plazo.
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Cornejo, profesor de Historia del Colegio de México, un centro de educación superior de ese país, expuso sus puntos de vista a La Nación , tras dos conferencias en la Universidad de Costa Rica.
Aparte de su labor de docente, Cornejo acaba de escribir un libro sobre el tema y es consultor.
A diferencia de Latinoamérica, Pekín sí cumple una agenda en el continente que responde a una bien trazada ruta futura donde Latinoamérica hoy interesa al gigante asiático por dos temas: Taiwán y acceso a materias primas.
Y en ambos ha sido muy exitoso. Cornejo citó el caso de Costa Rica, que, dijo, era el país con mayor respeto internacional entre los que tenían relaciones con Taiwán y no con China. El 1 de junio del 2007 San José inició relaciones con Pekín y rompió con Taipéi.
Por otra parte, el comercio entre el continente y China creció en los últimos cinco años por la alta demanda china de hierro, cobre, energía y alimentos.
¿Cuáles prioridades? “Si las élites políticas logran, en consenso, definir sus prioridades y ordenarlas según su importancia, entonces podrían aparecer proyectos claros a largo plazo para relacionarse con China”, afirma Cornejo.
Citó el caso de su país, México, donde China es vista como amenaza desde círculos políticos y empresariales porque la relación no ha sido beneficiosa.
“El problema no es China. Lo que pasó es que México nunca generó las políticas internas necesarias para enfrentar la competencia internacional y ha perdido mercado en Estados Unidos e interno ante al gran avance chino”, señaló.
Otros países, como Brasil y Chile, parecen tejer un mejor plan. Chile impulsa un tratado de libre comercio mientras Brasil firma acuerdos multimillonarios.
Esta semana, el líder brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, visitó Pekín para firmar 13 acuerdos. El más importante, un crédito por $10.000 millones para Petrobras. A cambio, Brasil le venderá 200.000 barriles de petróleo al año a China, por 10 años. Así, Pekín se asegura el abastecimiento futuro de petróleo, que ahora obtiene de Oriente Medio.
Chinos mandan. Cornejo alerta, no obstante, que si bien Latinoamérica puede esperar de China mayor intercambio comercial e inversiones en infraestructura para apoyar la exportación de materias, si no hay claridad sobre su inserción en la economía global, las relaciones seguirán dictadas como hasta ahora: según los intereses chinos.
Por ahora, afirma, Latinoamérica se limita a ser un simple exportador de materias primas sin considerar vínculos más estratégicos en otros planos a partir de consideraciones sobre cómo es China.
Cornejo cree que Pekín persigue, a través del libre comercio, una vía legítima de cumplir su agenda de desarrollo en condiciones de igualdad en un mundo multipolar.
China tiene un sólido sector productivo y exportador que existe junto a otro amplio sector muy atrasado de su economía.
“Tales circunstancias ameritan establecer planes de desarrollo interno de Latinoamérica para visualizar nuevas oportunidades con el Gigante”, afirmó.

http://www.nacion.com/ln_ee/2009/mayo/24/mundo1971644.html

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