sábado, 10 de diciembre de 2011

Latinoamérica: Alemania quiere desbancar a España



La locomotora europea, Alemania, aspira, con permiso de China y la India, a desbancar a España como segundo gran inversor global en Latinoamérica y a acercarse al primero, EEUU. El Gobierno alemán alienta esta ofensiva emprendida por sus empresas en la región y en los últimos días ha dejado muy claro su propósito de redoblar su papel como embajador y máximo apoyo de sus compañías en la zona. Y lo ha hecho apenas unas semanas después de que algunas firmas españolas, entre ellas Santander y Telefónica, alertaran del peligro de que España pierda su hegemonía e influencia en la región a manos de Alemania y otros competidores y llamaran a una segunda ola de inversión hispana en Latinoamérica. El próximo Gobierno Rajoy, que ha señalado que la región es prioridad, y las propias empresas españolas deberán ponerse las pilas cuanto antes si quieren que la hasta hace poco indiscutible relevancia económica española en Latinoamérica se mantenga.

Sin tapujos, el ministro de Exteriores germano, el liberal Guido Westerwelle, señalaba días atrás que tanto la Administración alemana como las compañías de su país consideran Latinoamérica una "nueva fuerza" en el contexto económico mundial y que la región es, más que nunca, "objetivo prioritario" de la política económica germana. Y no sólo como destino de los productos de la tradicionalmente exportadora economía alemana, sino como lugar de inversión.

"Hace ya tiempo que mi Gobierno dejó de infravalorar a Latinoamérica y recolocó las relaciones con la región, económicas y políticas, entre sus objetivos clave, algo que ahora es más relevante que nunca", apuntó el ministro en la conferencia Latinoamérica en el foco de la economía alemana, organizada hace unos días en Berlín por el Banco Alemán de Desarrollo y Fomento (KfW) y la Federación Alemana de Cámaras de Comercio (DIHK), evento que contó con nutrida afluencia de firmas alemanas y latinoamericanas y en el que habló de las enormes posibilidades de asociación existentes y de las oportunidades y riesgos para invertir en la región.

En el acto, el vicecanciller Westerwelle sacó pecho y se aventuró a apuntar que hoy Alemania es ya "el primer socio comercial europeo" de la región, debido tanto a la solidez de sus relaciones bilaterales con los grandes países del área como Brasil como a las establecidas con el resto de Latinoamérica", no sin apostillar que la ventaja de las inversiones alemanas es que no buscan la ganancia a corto plazo sino que quieren construir relaciones a largo plazo. El número dos alemán recordó que el Gobierno Merkel forjó en 2010 un nuevo concepto de su relación con Latinoamérica e hizo hincapié en que, al asumir el cargo en 2009, él mismo anunció ese cambio radical en la vinculación con una región olvidada durante décadas por la política exterior alemana.

Y sus afirmaciones están respaldadas por hechos. La presencia y protagonismo de Latinoamérica en foros empresariales alemanes viene creciendo en los dos últimos años y el propio Westerwelle ha realizado varias giras por la región acompañando a delegaciones empresariales, la última a comienzos de otoño, cuando lideró una misión de 70 compañías germanas a Colombia y enfatizó que Alemania está dispuesta a competir por llevarse para sus empresas los mejores contratos en infraestructura y otros sectores. En total 22 embajadas y 21 Cámaras de Comercio apoyan y asesoran a las empresas alemanas en Latinoamérica y la lista de proyectos en la región es amplia: la patronal alemana BDI organizará el Año de Alemania en Brasil entre 2013 y 2014; en 2010 se fundó en Chile el primer instituto de ciencias aplicadas Fraunhofer de Sudamérica y el Gobierno alemán cuenta con inaugurar en 2012 una Casa alemana para la ciencia y la innovación en Brasil y otra en Perú.

En la propia Alemania, además de la conferencia de Berlín, se han celebrado en los últimos meses el Día de Latinoamérica en Hamburgo (octubre), con presencia del presidente de Uruguay, José Mújica; la apertura de la Fundación de la UE para Latinoamérica, inaugurada por Westerwelle, y otra reunión internacional sobre la región, con presencia de la secretaria general de Unasur. Y, como última muestra del interés por Latinoamérica, cabe destacar que la recién concluida cumbre fundacional de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), el nuevo espacio integrador regional, ha tenido tanta o más repercusión y cobertura en Alemania que en España.

Las inversiones se duplican
Reinhold Festge, director de Iniciativa para Latinoamérica (LAI) destacó en la reciente conferencia de Berlín que Latinoamérica "está creciendo y convirtiéndose en un gigante que ofrece a las firmas alemanas extraordinarias posibilidades de mercado" y apuntó que entre 2001 y 2010 las inversiones germanas en la región se duplicaron, con un salto en 2010, cuando avanzaron un 13%. El LAI es un plan impulsado por el Gobierno alemán desde 1994 para mediar, facilitar y favorecer la inversión de la industria alemana en el área y ha cobrado importancia renovada en los últimos tres años.

"Hoy, Alemania necesita más a Latinoamérica de lo que la región nos necesita a nosotros, debido a su creciente importancia económica", dijo Festge, que no escondió que existe una dura competencia, especialmente con China y países europeos como España, tradicional líder europeo en el área. Festge, que reseñó que mientras que EEUU lidera la inversión en México la UE lo hace en Sudamérica, no ocultó tampoco que, pese al atractivo de Latinoamérica como destino inversor, el área debe aún resolver problemas como la inseguridad, el narcotráfico y el gigantesco déficit de infraestructuras, pero puntualizó que la seguridad ha mejorado mucho y que los países comienzan a lanzar planes decididos de impulso a la obra pública. El funcionario llamó a las firmas alemanas a sacar partido de sus valores diferenciales ("fiabilidad, seguridad y prestigio") y pidió "audacia" a los empresarios para copar unos mercados clave.

La ofensiva germana constituye un nuevo reto para una inversión española que ha perdido fuelle en los últimos años en la región. Si en inversión global, España mantiene a duras penas el segundo puesto tras EEUU y ve crecer de forma acelerada la amenaza china e india, en inversión extranjera directa (IED) ya lo ha perdido: en 2010, España pasó a ocupar la cuarta plaza junto a Canadá, con el 4% del total de la IED, desalojada por China (9%) y Holanda (13%), que se instalaron en tercer y segundo lugar tras EEUU (17%). En 2009, España era aún el segundo país en cuanto a IED anual en la región.

A esos competidores se suma ahora, y con fuerza, Alemania. Los últimos datos muestran que la inversión directa de empresas alemanas en Latinoamérica se ha duplicado en los últimos diez años y totalizaría entre 72.442 y 83.000 millones, según fuentes, lo que situaría a Alemania en tercer lugar en IED acumulada en el período 2001-2010, sólo por detrás de EEUU y España. Desde 2001, las empresas germanas y sus filiales han invertido más de 40.000 millones de dólares en Latinoamérica, en un lapso en el que China aumentó sus inversiones de cero a 22.000 millones de dólares.

Según la Asociación Empresarial para Latinoamérica (Lateinamerika Verein), los sectores automovilístico, manufacturero y de maquinaria lideran la inversión alemana en la región, aunque en los últimos años han entrado con fuerza empresas germanas de renovables y protección medioambiental, compitiendo seriamente con las españolas, y también se han implantado firmas de los sectores financiero e infraestructura. También para este organismo, y sin tener en cuenta las plazas financieras del Caribe, Alemania sería ya el tercer inversor directo. Por si fuera poco, Latinoamérica se ha convertido, además, en la única región del mundo fuera de Europa donde empresas alemanas ocupan posiciones clave en sectores como el de automóvil y componentes, el químico, el farmacéutico, el de tecnología de generación eléctrica, el de industria hidráulica, el de ingeniería mecánica y el de fabricación de maquinaria.

Big in Latam: Brasil y México
De momento, para Alemania los países más relevantes en su relación comercial y económica son Brasil y México, pero hace años que las empresas germanas vienen adentrándose en el tejido económico de otros países, como Chile, Uruguay, Perú y Colombia, tanto desde el lado importador/exportador como desde el ángulo inversor. En Brasil y México se concentra el 80% de la inversión directa germana (el primero suma el 45% de ésta y el segundo el 35%) y los dos suman el 60% de su exportación a Latinoamérica. En ambos países la presencia alemana es eminentemente industrial (90%), un sector en el que las firmas del país europeo copan la segunda plaza tras las de EEUU. En Brasil, las compañías alemanas suman ya el 17% del PIB industrial y el volumen acumulado de inversiones alemanas se eleva a 25.000 millones de dólares, en una muestra más de un interés por ese país que no es excluyente: en México, las inversiones directas alemanas se elevaron en 2010 a 18.600 millones de dólares, 3.400 millones más que en 2010. Y no es sólo inversión: entre 2005 y 2010 el comercio exterior de Alemania con Latinoamérica aumentó un 60%, cuando el volumen comercial total del país lo hizo un 24%.

El auténtico epicentro de la presencia alemana en la región es Sao Paulo, donde están representadas ya 1.200 firmas alemanas, lo que sitúa a la ciudad como la mayor plaza empresarial germana fuera de Alemania. La puesta por Brasil es ineludible: el gran país emergente no sólo está llamado a convertirse en una de las grandes economías mundiales a medio plazo, sino que a corto su enorme mercado y las posibilidades de inversión que abren el Mundial de Fútbol (2014) y las Olimpiadas (2016) hacen de esa nación un destino tentador.

El único país donde la IED germana ha disminuido es Argentina, donde sumó 2.800 millones de dólares en 2010 (el 4% del total), frente a 4.500 millones de 2001, algo que debe a la percepción de "país complicado" que recibe por parte del empresariado alemán. Según Festge, "la burocracia, el proteccionismo, la incertidumbre en los últimos años por la continuidad de la presidenta Cristina Fernández y la falta de seguridad jurídica son algunos factores" que explican la tendencia. Por el contrario, Colombia (2% de la IED alemana en 2010) o Perú (1%) figuran como puntos de creciente atractivo, junto a los más tradicionales destinos chileno y uruguayo. A Chile va destinado el 2,4% de la IED germana y Uruguay pugna por la llegada de firmas alemanas: en octubre el presidente Mújica concretó en Alemania propuestas de inversión con Siemens (puesta en marcha del tren Montevideo-Aeropuerto de Carrasco) y otras firmas para proyectos de infraestructura, minería y desarrollo hotelero.

Esperanza para las compañías germanas
La industria alemana comparte la opinión del Gobierno Merkel e incluso va más allá. Para empresas y entidades financieras, que juzgan que Latinoamérica pronto superará a Europa en trascendencia económica, la región adopta forma de gran esperanza. Su análisis es claro: al contrario que una Europa en crisis, Latinoamérica ha logrado apuntalar su crecimiento y su mercado laboral, ha sabido aumentar sus clases medias, mercados internos y nivel de consumo y ha reducido a una cota mínima en veinte años la pobreza, a pesar de las turbulencias desatadas en 2008-2009, lo que convierte a la región en zona de oportunidades para la exportadora economía germana.

El presidente del banco KfW, Norbert Kloppenburg, resaltó en la conferencia de Berlín que es necesario perder el miedo a invertir en la región y ofreció su entidad como vehículo de apoyo y a las pymes germanas interesadas en establecerse en la región, donde la institución tiene ya gran experiencia. "Ofrecemos nuestro apoyo al empresariado, sobre todo a las medianas empresas alemanas, para que mejoren sus posibilidades de posicionarse en esos mercados", señaló, no sin hacer notar también que Latinoamérica pronto superará a Europa en importancia económica.

A las grandes compañías no les hace falta el respaldo del KfW. Empresas como Siemens (con amplia presencia regional), ThyssenKrupp (con una megaplanta de acero en Brasil) y Volkswagen (con millonarias inversiones en México) consideran desde hace años a Latinoamérica un mercado clave y llevan tiempo implantadas allí, junto con otras como Merck, Bayer, Boehringer Ingelheim (farmacia), Beiersdorf, Henkel, Symrise, Brenntag (química), DHL (logística), SAP, MAN, Lufthansa y Daimler. La novedad es que ahora exploran con ahínco mercados emergentes como el colombiano y el peruano.

Siemens, muy arraigada en Brasil, acaba de invertir 70 millones de euros en una planta en la capital y prevé extenderse por el país. Lufthansa, que ofrece desde 2010 vuelos directos a Bogotá y otros destinos que tenía olvidados, ha dejado claro que quiere crecer en Latinoamérica a costa de IAG (Iberia-British Airways), arrebatando pasajeros en algunas rutas. La firma de autobuses y camiones MAN ha anunciado que invertirá 570 millones de dólares en Brasil entre 2012 y 2016 para duplicar su capacidad de producción. Y la eólica Sowitec, presente también en Argentina y Uruguay, ha anunciado nuevos proyectos de parques de viento en Brasil, donde opera desde hace años.

En particular Brasil vive un auténtico boom de la energía renovable, segmento goloso en el que la germana Enercon se halla posicionada en el país desde los años 90, junto a Siemens, y por en el que compiten las compañías españolas Gamesa, Gestmap, Inveravante, Iberdrola y Elecnor, la danesa Vestas, la norteamericana GE y la francesa Alstom.

La amenaza oriental
El mayor recelo alemán en su ofensiva inversora en Latinoamérica lo constituye el exponencial incremento de la presencia china en la región, y en los últimos meses se ha detectado una velada pero enconada pugna en Brasil por parte de las empresas alemanas y chinas para hacerse con sustanciosos contratos tecnológicos y de infraestructuras. Ni el Gobierno ni la industria germana ocultan su inquietud por el gran desembarco chino y la fuerza con que la India comienza a posicionarse allí. Según la Cepal, China desplazará a Europa como segundo socio comercial de Latinoamérica en 2015 y, en términos de inversión, ya lo ha hecho en flujos directos, aunque no en inversión total. China invirtió en Latinoamérica 10.000 millones de dólares en IED en 2010 (cifra que se elevaría a 15.000 millones en inversión total) y se prevé que la suma alcance 22.700 millones en 2011 (el 19% del total), con la que rivalizará con EEUU.

Enlace : http://www.capitalmadrid.com/2011/12/9/0000023559/latinoamerica_alemania_quiere_desbancar_a_espana.html

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